
Alexa Shispley.
Alexa Shispley, nutrióloga clínica: "Un exceso de cúrcuma puede inhibir la absorción del hierro en el organismo"
Según indican desde la Organización de Consumidores y Usuarios, los estudios sobre los beneficios de la curcumina no son concluyentes.
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En los últimos meses, la cúrcuma se ha convertido en el superalimento por excelencia. Esta especia, originaria de la India Oriental, se ha catalogado como uno de los antiinflamatorios naturales más poderosos que existen y se le atribuyen propiedades medicinales contra el cáncer, el colesterol alto o la artrosis, entre otras enfermedades. Sin embargo, tal y como pasa con todas las soluciones mágicas de los últimos tiempos, está sujeta a una serie de recomendaciones.
Según indican desde la Organización de Consumidores y Usuarios, a pesar de su increíble perfil nutricional, los estudios sobre esos beneficios de la curcumina no son concluyentes. La curcumina apenas supone un 5% de la raíz de la cúrcuma y, además, la máxima autoridad de la Unión Europea en la materia, la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria), no ha reconocido por ahora ninguna de las propiedades que se le atribuyen.
Por todos estos motivos, añadidos a la recomendación de los expertos, se debe tener cuidado con el consumo de esta especia. Tal y como explica la nutrióloga clínica Alexa Shispley, "la cúrcuma tiene grandes beneficios; sin embargo, si la tomas en exceso puede inhibir la absorción del hierro y adelgazar la sangre".
Las recomendaciones acerca del consumo de cúrcuma
La cúrcuma es una especia ampliamente reconocida por sus múltiples propiedades medicinales, especialmente por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Estos beneficios se atribuyen principalmente a su compuesto activo, la curcumina, que ha sido objeto de numerosas investigaciones debido a su potencial para combatir diversas afecciones y mejorar el bienestar general.
Su capacidad antioxidante ayuda a neutralizar los radicales libres, protegiendo las células del daño oxidativo, lo que se asocia a la prevención de enfermedades crónicas como el cáncer, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. Además, sus propiedades antiinflamatorias la convierten en un recurso valioso para reducir la inflamación en el organismo, siendo especialmente útil para personas que padecen artritis u otras enfermedades inflamatorias.
Sin embargo, a pesar de sus reconocidos beneficios, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), "los estudios sobre esos beneficios de la curcumina no son concluyentes. y, además, apenas supone un 5% de la raíz de la cúrcuma".
De hecho, existen sospechas de que la curcumina como aditivo por separado puede suponer un riesgo hepático. "En 2019 en Italia se paralizó la venta de varios lotes de una marca de suplemento de cúrcuma porque consideraron que podía ser el posible causante de varios casos de hepatitis. Esa alarma también se extendió a Bélgica. Lo cierto es que los casos de hepatitis por consumo de suplementos de cúrcuma no son algo nuevo y están en estudio".
Por este motivo, ciertos expertos como Alexa Shispley, indican que se debe tener cuidado con su consumo. Uno de los principales efectos adversos que se ha identificado es su capacidad para inhibir la absorción de hierro y calcio, lo que puede ser perjudicial para personas que padecen anemia o tienen problemas de descalcificación ósea.
Esto se debe a que ciertos compuestos presentes en la cúrcuma interfieren con los mecanismos que permiten la asimilación adecuada de estos minerales esenciales, dificultando su correcta absorción en el intestino.
Además, la cúrcuma puede tener un efecto anticoagulante, lo que significa que podría adelgazar la sangre. Este aspecto debe tenerse en cuenta especialmente en personas que toman medicamentos anticoagulantes o que se encuentran próximas a someterse a intervenciones quirúrgicas, ya que podría aumentar el riesgo de sangrados.
Por esta razón, la experta recomienda que las personas con tendencia a la anemia o que presenten deficiencias minerales no superen los 600 mg diarios de cúrcuma. Esta dosis se considera segura para evitar que la especia interfiera de manera significativa en la absorción de hierro y calcio, permitiendo que sus beneficios antioxidantes y antiinflamatorios puedan aprovecharse sin riesgo para la salud.
Los beneficios atribuidos a la cúrcuma
La cúrcuma, conocida popularmente como la "reina de las especias", ha ganado reconocimiento mundial gracias a sus múltiples propiedades medicinales. Esta especia se ha utilizado durante siglos en la medicina tradicional, especialmente en la medicina ayurvédica e india, como un remedio natural para tratar diversas dolencias.
Uno de los aspectos más destacados de la cúrcuma es su capacidad para reducir la inflamación crónica y aliviar el dolor articular. Este efecto se atribuye principalmente a la curcumina, su principal compuesto activo, que actúa inhibiendo ciertas moléculas asociadas con la respuesta inflamatoria del organismo. Gracias a esta propiedad, se ha convertido en un recurso natural altamente valorado por personas que padecen afecciones como la artritis reumatoide o la osteoartritis.
Además de sus propiedades antiinflamatorias, la cúrcuma también desempeña un papel clave en la protección de la salud cerebral. La curcumina ha demostrado ser capaz de atravesar la barrera hematoencefálica, lo que le permite ejercer efectos neuroprotectores.
Esto se traduce en una posible reducción del riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Algunos estudios sugieren que la curcumina puede ayudar a prevenir la acumulación de placas amiloides en el cerebro, uno de los factores clave en el desarrollo de esta enfermedad.

Cúrcuma.
En el ámbito digestivo, la cúrcuma favorece el funcionamiento del sistema gastrointestinal, ayudando a reducir la acidez estomacal, la hinchazón y el malestar digestivo. También se ha observado que puede estimular la producción de bilis, mejorando así el proceso de digestión de las grasas.
Sumado a esto, esta especia contribuye a regular los niveles de azúcar, siendo especialmente beneficiosa para personas con riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Al mejorar la sensibilidad a la insulina y controlar la glucosa en sangre, esta especia se convierte en un valioso aliado para mantener un metabolismo saludable.
La salud cardiovascular también puede verse beneficiada por el consumo regular de cúrcuma. Su efecto antioxidante y antiinflamatorio protege el corazón, ya que ayuda a reducir la acumulación de placas en las arterias y mejora la circulación sanguínea. De este modo, se asocia con una disminución del riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Este mismo efecto antioxidante combate el envejecimiento celular y protegen la piel del daño causado por los radicales libres. Gracias a esta acción, la cúrcuma puede ayudar a mantener una piel más luminosa, saludable y resistente a los signos del envejecimiento prematuro.
Asimismo, la cúrcuma tiene un impacto positivo en la microbiota intestinal, fortaleciendo el equilibrio de bacterias beneficiosas en el intestino, lo que contribuye a una mejor absorción de nutrientes y a un sistema inmunológico más robusto.