Antoni Riera, catedrático de Economía: “Necesitamos repensar el crecimiento, no decrecer”

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Antoni Riera (Santa Margalida, 1969) es el director de orquesta de la reflexión colectiva que se está llevando a cabo en las Illes Balears a cuenta del turismo y sus externalidades. Catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de les Illes Balears (UIB), director de la Fundació Impulsa Balears y coordinador del Grupo de Expertos del Pacto por la Sostenibilidad Económica, Social y Ambiental de las Illes Balears puesto en marcha por la propia presidenta de Govern, Marga Prohens (PP).
El Pacto por la Sostenibilidad acaba de concluir su fase inicial con la presentación del documento Bases de la Agenda de Transición, fruto de un proceso desarrollado durante nueve meses. El diagnóstico recoge aportaciones de doce grupos de trabajo y más de cien entidades, estableciendo 59 objetivos estratégicos y 65 objetivos específicos de desarrollo. Una hoja de ruta que pretende ir más allá de los ciclos electorales y los colores políticos.
Empecemos por la actualidad, ¿qué consecuencias directas puede tener la actual guerra arancelaria entre potencias (EE. UU., China, UE) sobre la economía europea, especialmente en sectores clave?
Las guerras comerciales siempre afectan al tipo de cambio, a la inflación y al crecimiento. En este caso, una estrategia comercial incoherente como la de Donald Trump, que parte de una lógica profundamente neomercantilista y obsoleta, genera sobre todo un clima de inestabilidad, que impacta en las decisiones de consumo e inversión, en un contexto, además, en el que la incertidumbre ligada a otras cuestiones geopolíticas en activo (como la guerra de Ucrania) todavía no se ha disipado.
¿Cómo podrían verse afectados España y territorios insulares como Balears, cuya economía depende en gran medida del turismo y las importaciones?
El impacto directo en Balears será limitado, pues tan solo el 0,8% del valor de nuestra cesta exportadora depende de las ventas a Estados Unidos, mientras que el 66,5% de nuestras importaciones proceden de la UE-27. Pero en un sistema económico globalmente interconectado, los efectos indirectos pueden ser más dañinos que los directos. En este caso, por ejemplo, si se encarecen componentes industriales o productos agroalimentarios europeos afectados por las contramedidas aplicadas, Balears podría tener que asumir aumentos de costes.
Vayamos al tema: el Pacto por la Sostenibilidad. ¿Qué balance hace usted sobre el proceso participativo que ha permitido elaborar este diagnóstico inicial? ¿Ha cumplido sus expectativas?
El balance es claramente positivo. Hemos sido capaces de articular un proceso amplio, plural y metodológicamente sólido que ha trascendido la mera recopilación de propuestas para configurar una arquitectura compartida. No se trataba solo de dar voz, sino de construir sentido común estructurado a partir de la diversidad. En ese esfuerzo coral, se han sedimentado las bases de una visión estratégica con vocación transformadora.
¿Cuáles han sido los principales consensos y qué aspectos han generado más debate o resistencia durante esta fase inicial?
El consenso ha sido notable en torno a la urgencia de redefinir nuestro modelo de desarrollo. Sin embargo, algunos conceptos —como “masificación turística”, “decrecimiento” o el acceso a la vivienda— han generado tensiones comprensibles. La clave ha estado en sostener el diálogo, mantener los canales abiertos y permitir que las diferencias se integren como valor y no como obstáculo.

¿Qué viene ahora tras la publicación de este documento? ¿Qué cronograma prevé para iniciar la implementación de las medidas concretas?
Se abre ahora una etapa decisiva. La segunda fase consistirá en traducir la arquitectura conceptual y estratégica en un instrumento operativo. La hoja de ruta contempla una activación por prioridades, reforzada con estructuras de gobernanza e indicadores de seguimiento que permitan medir avances con rigor y transparencia.
¿Cómo se piensa garantizar que el consenso y la participación alcanzados no se diluyan en la etapa operativa que ahora comienza?
El modelo está diseñado para que la participación no sea un episodio aislado, sino un rasgo estructural del proceso. La gobernanza se articula sobre una red estable de actores, reorganizados en torno a los objetivos clave, lo que permite dar continuidad al diálogo y blindar el proceso frente a dinámicas coyunturales.
La participación no debe ser un episodio, sino un rasgo estructural del modelo
¿Qué ha ocurrido para que hayamos sufrido una erosión de la renta per cápita de Balears respecto a la media europea y nacional, a pesar del crecimiento imparable del turismo?
La clave está en el desacople entre crecimiento y bienestar. Nuestra economía ha crecido, sí, pero lo ha hecho a partir de sectores con bajo valor añadido y limitada capacidad de redistribución. El resultado es un modelo que genera riqueza sin convertirla en bienestar compartido, en buena parte debido a impactos regresivos vinculados a la presión turística y el encarecimiento del acceso a recursos básicos.
Nuestra economía ha crecido, pero ha generado riqueza sin convertirla en bienestar compartido
¿Estamos todavía a tiempo de impulsar una transición profunda hacia la sostenibilidad en las Islas Baleares?
Estamos en tiempo de descuento. La década que tenemos por delante es crítica. Actuar ahora con ambición y coordinación nos da margen de maniobra. Pero si posponemos decisiones, corremos el riesgo de perder soberanía futura sobre nuestro propio desarrollo.
La década que tenemos por delante es crítica. Estamos en tiempo de descuento
¿Es realmente posible asegurar el bienestar económico, social y ambiental del archipiélago a largo plazo?
Es posible, pero no será fruto de la inercia. Requiere superar la lógica del crecimiento cuantitativo y avanzar hacia una economía desacoplada del consumo intensivo de recursos. No se trata solo de cuánto crecemos, sino de cómo, para qué y para quién. El bienestar dependerá de nuestra capacidad para generar y distribuir valor desde la eficiencia y la resiliencia.
¿Qué riesgos ve usted en caso de no realizar una transformación profunda del modelo económico actual?
El mayor riesgo es entrar en una espiral regresiva: pérdida de competitividad estructural, aumento de la desigualdad y degradación ambiental irreversible. La oportunidad está en anticiparnos, pero si fallamos, el coste será mucho más que económico: afectará a la calidad de vida y al equilibrio ecosistémico del territorio.
¿Qué estrategias se aplicarán para evitar que el monocultivo turístico limite la diversificación económica propuesta?
La solución no pasa por renunciar al turismo, sino por resignificarlo. Si logramos que el turismo sea palanca y no límite, podremos generar sinergias con sectores emergentes. Hay que rediseñar la política turística para que dialogue con la industria, la agricultura, la tecnología o la cultura. De ahí puede nacer una nueva matriz de valor.
La solución no pasa por renunciar al turismo, sino por resignificarlo. Hay que rediseñar la política turística para que dialogue con la industria, la agricultura, la tecnología o la cultura
¿Cuál de los cinco objetivos estratégicos definidos considera prioritario a corto plazo y por qué?
No hay jerarquías posibles en este caso. Los cinco objetivos están interconectados. No podremos transformar nuestra relación con los recursos, ni reforzar la cohesión, sin redefinir el vínculo entre turismo y territorio. Esa relación es el núcleo desde el que se proyectan las demás transiciones.
¿Cómo se garantizará la participación ciudadana continua durante la implementación y cómo se evaluará su impacto real?
Se están diseñando mecanismos específicos para ello. La clave estará en consolidar una arquitectura abierta, donde la ciudadanía no sea espectadora, sino coproductora del proceso. Y eso implica evaluar no solo con datos, sino con percepciones.
¿Cuáles son las resistencias más importantes que anticipa durante la implementación del plan y cómo piensa abordarlas?
Las resistencias más relevantes no serán técnicas, sino culturales e institucionales. Cambiar inercias, mover estructuras arraigadas, implica desafiar zonas de confort y marcos mentales. También surgirán fricciones sectoriales cuando se cuestionen privilegios consolidados. Frente a ello, la única estrategia eficaz es la transparencia, el diálogo informado y la capacidad de demostrar que la transición genera valor añadido y abre oportunidades reales.
Cambiar inercias, mover estructuras arraigadas, implica desafiar zonas de confort y marcos mentales. También surgirán fricciones sectoriales cuando se cuestionen privilegios consolidados
¿Qué indicadores específicos y qué metodología emplearán para evaluar regularmente el impacto real y la eficiencia de los recursos utilizados?
El sistema de evaluación estará anclado en una batería de indicadores alineados con estándares internacionales como el TTDI o los ODS. Serán trazables, comparables y estructurados en torno a los cinco grandes objetivos de transición. Además, se combinará el análisis técnico con la lectura social para garantizar una evaluación integral: rigurosa en los datos, sensible en las percepciones.
¿Qué factores, entre los identificados, considera críticos para acelerar con éxito la transición en Balears?
Hay vectores esenciales: la calidad institucional, la colaboración público-privada, el capital humano y la capacidad de innovación. Pero hay uno que los articula a todos: una narrativa compartida. Sin un relato que dé sentido y legitimidad al cambio, cualquier arquitectura se resiente. Necesitamos construir propósito común para movilizar.
¿Cómo asegurarán que los objetivos estratégicos definidos sean medibles, flexibles y adaptables a posibles cambios o nuevos escenarios?
La propia Agenda incorpora mecanismos de revisión periódica. No es un corsé, sino un instrumento dinámico que permite adaptarse sin diluir el rumbo. La flexibilidad debe estar al servicio de la resiliencia, no del relativismo. Por eso es clave combinar dirección estratégica con capacidad adaptativa.
La Agenda no es un corsé, sino un instrumento dinámico, diseñado para adaptarse, revisarse y validar su impacto de forma continua; una herramienta viva al servicio de la resiliencia
¿Qué mecanismos concretos (auditorías, revisión externa) se han previsto para validar el trabajo del grupo y proteger la credibilidad del proceso?
La Agenda contará con mecanismos de auditoría técnica y con la participación de expertos independientes. Además, se activarán canales de percepción ciudadana. Solo una evaluación externa, plural y exigente puede blindar la legitimidad del proceso a lo largo del tiempo.
¿Qué desafíos prevé al pasar del enfoque teórico al práctico, especialmente respecto al abandono de algunas entidades? ¿Considera que la metodología protege suficientemente la pluralidad y la integridad del proceso?
Toda implementación conlleva riesgos, entre ellos la salida de actores. Sin embargo, la arquitectura metodológica —modular, abierta, robusta— está diseñada para resistir esas contingencias sin perder integridad ni pluralidad. Lo esencial es que ningún actor tenga poder de bloqueo, pero todos conserven capacidad de influencia.
El enfoque sistémico de la Agenda permite identificar tanto sinergias como tensiones. Se propone la creación de estructuras de coordinación transversal, con espacios de diálogo anticipativo, capaces de gestionar los inevitables conflictos de forma cooperativa, transparente y estratégica.

¿Ha existido un debate público suficiente sobre términos como “masificación” o “decrecimiento”? ¿Considera que el turismo está masificado en Balears? ¿Debemos decrecer?
El debate ha comenzado, pero aún es incipiente. La evidencia empírica muestra que existen momentos y espacios de sobrecarga, donde la presión turística sobre recursos comunes genera externalidades negativas. Más que abrazar etiquetas, lo que necesitamos es repensar el crecimiento: menos intensivo, más inteligente, más valioso. No se trata de decrecer, sino de transformar el modelo para que genere más valor por unidad de impacto.
¿Dispone la Agenda de mecanismos claros para resolver contradicciones potenciales entre objetivos, por ejemplo, entre crecimiento económico y limitación de impactos ambientales?
Sí. La transversalidad del enfoque obliga a aplicar filtros de sostenibilidad en cada decisión. Cuando surjan contradicciones, estas deberán ser explicitadas, evaluadas y resueltas con responsabilidad política. No basta con diagnosticar; hay que decidir con criterios claros de impacto integral.
¿Qué condiciones son necesarias para que este documento trascienda ciclos políticos y sea una referencia estable para futuros gobiernos en Balears?
Debe consolidarse como un instrumento útil, técnico, abierto y orientado a resultados. Si la Agenda demuestra impacto y genera confianza, será difícil que los gobiernos sucesivos la ignoren. El verdadero blindaje es su eficacia.
¿Le preocupa que el cortoplacismo político pueda distorsionar o limitar la eficacia del marco técnico propuesto? ¿Qué recomendaciones hace al respecto?
Es una preocupación legítima. Por eso es fundamental institucionalizar el proceso, dotarlo de recursos estables y anclarlo en una alianza social y empresarial amplia. La continuidad política se construye desde la legitimidad técnica y la utilidad práctica.
¿Qué medidas concretas deberían adoptar los próximos gobiernos para garantizar que el consenso técnico logrado no se pierda por diferencias ideológicas o partidistas?
Primero, reconocer el valor del documento como bien común. Segundo, mantener vivas las estructuras de participación. Tercero, establecer pactos de legislatura que aseguren la implementación de medidas clave. La sostenibilidad no es una ideología: es una condición de posibilidad para el futuro.
La sostenibilidad no es una ideología: es una condición de posibilidad para el futuro
La Fundació Impulsa Balears acaba de cumplir 10 años. ¿Cómo ha vivido este proceso de consolidación y qué valoración hace de su evolución en esta primera década?
Ha sido un proceso de maduración colectiva. Impulsa ha logrado convertirse en un referente en la generación de conocimiento estratégico y en el impulso de dinámicas colaborativas. Hoy es una voz técnica, independiente y propositiva, con capacidad para incidir en las decisiones que marcan el futuro del archipiélago. Y lo ha hecho gracias a una comunidad de 65 patronos que creen en la sostenibilidad como principio rector del desarrollo.
A nivel personal, ¿cómo se organiza y qué estrategias utiliza para gestionar eficazmente el tiempo y la atención en tantos procesos abiertos simultáneamente?
Con método y con propósito. La gestión del tiempo requiere orden, jerarquía de prioridades y confianza en los equipos. Pero sobre todo requiere sentido. Cuando el horizonte es transformador, la energía se organiza sola. Hay que combinar visión a largo plazo con una gran plasticidad operativa. Y dedicar más horas de las que el reloj recomienda, porque hay tareas que solo se comprenden cuando se viven intensamente.
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